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jueves, 1 de junio de 2017

Con El Cine En Los Tacones, Un Trío De Película

Soy un gran aficionado a la música cinematográfica, que sin duda le debe mucho a la ópera, uno de mis géneros favoritos, y grandes compositores de música para el cine tienen a Puccini como referente. Además de las bandas sonoras propiamente dicha, las canciones de las películas, quizás sean las que mas me acompañaron en esa época en la que la música lo es todo, es decir la adolescencia. Escuchar algunos de los mas famosos temas de séptimo arte me hacen recordar una época de mi vida quizás mas frívola que la actual y también mas ingenua, en la que una película era un acontecimiento, e ir al cine toda una experiencia. Cuando me entra un ataque de nostalgia, que no es muy a menudo, me da por escuchar la banda sonora de mi vida que durante mucho tiempo, y antes que la lírica fue el cine.



Hace un tiempo, tres estupendas cantantes, Las Supernenas, me informaron de un proyecto que iban a llevar a cabo, y me resultó muy interesante. Voy a explicar un poco como surgieron Las Supernenas ya que tiene su miga. María Blanco, Celia Vergara y María José Santos, coincidieron en el montaje de 50 Sombras El Musical, me fascinó el trabajo de tres voces que se complementaban a la perfección, con diferentes colores y técnicas, desde la puramente musicalera de María Blanco, hasta la mixta de María José Santos, pasando por la mas melódica de Celia Vergara. La unión de estas tres cantantes dieron como resultado uno de los trabajos a nivel vocal mas interesante en cuanto al género musical se refiere de dicha temporada, y una gratísima sorpresa, ya que si bien es cierto que las había visto por separado, juntas la cosa funcionó de maravilla. 
Después del musical se quedaron con ganas de cantar juntas y así surgió el proyecto Con el cine en los tacones, que tomó forma en un exitoso concierto en el Teatro Príncipe Pío, y que una gripe traidora no me permitió disfrutar. 
Ante el éxito del concierto se plantearon hacer un espectáculo que tuviera mas recorrido, y montaron lo que ya es Con el cine en los tacones tal y como se ha estrenado en el Alfil el pasado día 23 de mayo, y que gracias a unos cuantos mecenas y a la apuesta personal de las artistas se ha logrado poner en pie, con no poco esfuerzo, ganas y sobre todo mucho talento.

¿Que es Con el cine en los tacones? Es un concierto teatralizado en el que se da un repaso por las canciones mas emblemáticas de la historia del cine, desde los grandes clásicos, hasta los temas mas actuales, todo desde un tamiz desenfadado, con aire de café-teatro, y una calidad musical mas que apreciable. Entre canción y canción, unas inspiradísimas escenas nos van metiendo en situación ante lo que va a venir, con mucha gracia, grandes dosis de ingenio e inusitada frescura, que huye del concierto a piano de tres divas en traje de noche. Nuestras artistas se desmelenan, se lo pasan bomba, juegan con el público y sobre todo consiguen que disfrutemos de lo lindo.



 María Blanco de imponente presencia escénica tiene varios momentos de gran lucimiento, pero si me quedo con uno es aquel en el que sonó  "Why Don´t yo do right" de sensual y divertídisima ejecución donde el espíritu de Jessica Rabbit pululó por la sala de forma muy patente. La voz de Blanco es cálida y de escuela netamente Broadway donde el aíre jazzistico es una de las marcas de la casa. María Blanco es una artista muy completa y con un gran rodaje a sus espaldas en el mundo del musical, y así lo demostró luciendo empaque y poderío escénico sin aparente esfuerzo en un trabajo muy redondo, y muy bien medido.



María José Santos, que domina a la perfección la técnica mixta supo sacar lo mejor de su voz de poderoso agudo perfectamente impostado pero que cuando le da al soul no se queda manca en absoluto. Sirvió una magnífica versión de "Un año de amor" donde primó la emotividad y la sensibilidad musical. Afinadísima y muy segura en todo momento. Actoralmente se la ve disfrutona y derrochando energía desde que sale a escena, resultando muy cómica en algunos momentos, y tremendamente refrescante.



Celia Vergara, de distinguísimo timbre, también me da la sensación de tener algo de base lírica. Su voz se caracteriza por la belleza del timbre y unas templadísimas notas flotantes que me resultaron muy gratificantes, especialmente en su interpretación de la complicada "I will always love you" de El Guardaespaldas, inmortalizada por Whitney Huston, y que Vergara hace suya sin el mas mínimo problema. Quizás mas sobria que sus compañeras, y en un código pijo-didáctico de gran retranca, resulta el contrapunto escénico perfecto a estos dos torbellinos que son Blanco y Santos. 

Cuando nuestras tres artistas se juntan y cantan a tres voces, la magia surge de forma instantánea siendo el resultado oro puro, hay ecos de las Andrew Sisters, y de tantos otros tríos femeninos de altura que hicieron las delicias del público en otros tiempos. No quiero decir que imiten a nadie porque no es cierto, nuestras artistas poseen mucha personalidad y un estilo propio muy acentuado que resulta irresistible en su acabado.



Javier Navares dirige el espectáculo, y acierta de plano, dotando a la función de un aire ligero muy atinado que hace que el concierto se nos pase sin que apenas nos demos cuenta. Dirige a nuestras artistas en un código naturalista y partiendo de ellas mismas a la hora de interpretar los diferentes papeles que llevan a cabo, siendo el resultado cercano, efectivo y alejado de cualquier amaneramiento. Todo el concierto tiene un ritmo muy conseguido, equilibrando a la perfección los momentos intimistas con aquellos mas ligeros, algo en lo que el repertorio elegido tiene mucho que ver, ya que se me antoja perfecto para un espectáculo de estas características, resultando disfrutable a mas no poder.
Navares logra una función elegante, realizada de forma modesta, pero mas que digna y sobre todo honestísima en su planteamiento, que se centra en las interpretaciones y que logra sacar lo mejor de cada una de las cantantes. Intuyo yo que hubo bastante libertad de movimiento en las intérpretes algo que revierte en lo cómodas que se sienten en escena y que así se transmite al respetable.
Sin duda Navares sabe lo que tiene entre manos, y juega a la perfección con los elementos y sus actrices, siendo el acabado impoluto desde todo prisma.

Dos menciones especiales son de rigor, la primera al encargado del trabajo con la voces, Guillermo González, que como ya demostró en 50 Sombras, controla perfectamente los instrumentos de Las Supernenas dándole a cada una exactamente lo que necesita y como lo necesita en cada tema.
Germán Kucich encargado de la dirección musical, los arreglos de la función y su vez pianista acompañante, lleva a cabo un magnífico trabajo, en un espectáculo muy difícil de seguir dadas las características del mismo, y que el Maestro Kucich domina sin el mas mínimo problema.

Nos encontramos ante una propuesta mas que recomendable, y que espero que tenga por delante un gran recorrido, merecido se lo tiene, y se me antoja un espectáculo perfecto para salas pequeñas, o incluso para disfrutar tomando una copa, de forma mas que agradable y sobre todo divertidísima, sin olvidar la por otra parte enorme calidad artística de lo que acontece sobre las tablas. Hay que seguir la pista de Las Supernenas, no queda otra. ¡¡Avisados estáis!!




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